miércoles, 3 de noviembre de 2010

Al filo de la madrugada "Podría ser..."

Amamos pero nunca olvidamos...


Nos dicen que el tiempo cura todas las heridas pero las cosas no funcionan así. Cada vez que amamos a alguien el amor abre una herida en nuestro corazón, esta herida duele pase lo que pase y lo único que puede evitar su dolor es el amor correspondido. Por eso cuando no somos correspondidos sufrimos, nos intentamos anestesiar con vanas esperanzas como "Yo la amo aunque ella no me ame" o "Soy feliz si ella lo es". Grandes mentiras, excusas para intentar atenuar lo que sentimos, para evitar volvernos locos de dolor.


Entonces esto significaría que nunca dejamos de amar a alguien ¿no? Cierto, a medias. El tiempo actúa como una aguja e hilo, cose las heridas pero no las cicatriza jamás, el tiempo necesario "para cicatrizar" es directamente proporcional al tamaño de la herida, es decir, es igual de amplio que lo que hayamos amado a esa persona. Pero nunca olvidamos, lo superamos o al menos eso nos hacemos creer...


Porque en cualquier momento una de esas costuras puede desprenderse y abrir la herida de nuevo, y cuando se abre de nuevo se hace más grande...


Amaremos pero jamás olvidamos, por eso nunca dejamos de amar a nuestro primer amor.


Por eso, aunque nunca llegamos a estar juntos, estoy segura de que aún le amaría.


Juliet


Yo nunca quise algo así, no le pedí a nadie resultar atractivo ni ser romántico. No le pedí a nadie que las chicas cayeran rendidas a mis pies sin que yo hiciera nada salvo ser yo mismo, no quería algo así, lo odio.
Lo odio por lo que significa y para que tengo que usarlo, lo odio porque a pesar de conocer a gente maravillosa, chicas increíbles que harían quedar en ridículo a las "supermodelos" que tanto nos publicitan por el simple de hecho de ser como son. 


Pero tengo que huir de todas ellas, porque aunque sea capaz y quiera corresponderlas no puedo, sé que correspondiéndolas terminaría haciéndolas daño. Y después... ya no volverían a ser las mismas, arrancaría aquello que las hace ser como son, aquello que las hace tan increíbles y entonces las echaría a perder. Y entonces jamás encontrarían a aquella persona destinada a hacerlas feliz.


Porque eso es algo que tengo feliz, ahí fuera en algún lugar hay una sola persona destinada a hacerme feliz de verdad, y el tiempo siempre la trae a nosotros. Es por eso que cuando creemos haberla encontrado debemos hacer una apuesta arriesgada, debemos jugárnosla a una sola carta. Debemos creer en nuestro amigo el destino y lanzarnos a por ella o él.


¿Bonito no? Púes quizás ahora mismo sea la única persona del mundo que no pueda hacer esa apuesta, porque aunque ella esté destinada a hacerme feliz y yo a ella, sé que no podré cumplir con mi parte. Las pruebas lo demuestran, la maldición que llevo conmigo me obliga a hacer mal a aquellas personas que quiero.


Adel

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